Antonio Villanueva es un artista cosmopolita que se ha forjado en los cafés del París de los 60, en las terrazas de la Ibiza hippie de los 70 y en la movida madrileña de los 80. En los 80 además desarrolló un interesante proyecto (sugerido por el fotógrafo Pedro Kramreiter) basado en el estudio de los distintos cafés vieneses. No es de extrañar pues que encuentre una fascinación especial en el alegre bullicio de los bares y su exuberante vitalidad, que se plasma en la frecuencia y el acierto con que los retrata en sus obras.